Llevo un par de años que, cada vez que llega esta época, os relato "la creación del boniato". Prueba de ello la tenéis en este post o en éste. Estas actividades que propone el cole, de entrada me estresan un poco y las hago a regañadientes (no es obligatorio, pero claro, como no vamos a hacerlo!?), pero luego, me divierto un montón, y lo que más valoro es la sensación de que los niños aprecian mucho este rato en el que paramos las obligaciones y nos enredamos haciendo algo que no sabemos como acabará.
Este año, pero, en el cole no nos han pedido boniatos disfrazados, sinó castañas. Y me ha hecho mucha ilusión, porqué he podido recuperar sensaciones parecidas a las que ya os hablé aquí.
Hemos bajado al parque y hemos ido llenando una bolsa de algodón de bellotas, hojas, tronquitos y semillas. Hemos vuelto a casa, lo hemos esparcido sobre la mesa, junto a un puñado de castañas que hemos comprado en la frutería, y, peleando con palillos, cola blanca y alfileres, hemos ido probando a ver qué sucedía.
Y al cabo de varios intentos, y ante la preocupación de Ramon por si iba a quedar alguna castaña para comer, han empezado a salir pequeños personajes. Creo que utilizar únicamente elementos naturales ha sido un acierto, ya que les da un aire realmente otoñal.
Después, a recoger el campo de batalla, a esperar a papá para mostrárselos, y a rezar para que mañana lleguen al cole sanos y salvos!
4 comentarios :
Me encantan de verdad, creatividad natural lo llamaría yo. Tanto te sacas estrellas del bolsillo como creas seres con cosas que recoges en el campo... Me gustas mucho Caterina! :)
jo ade! guapa!!!
jijiji!!
Soisi unos artistas!!
El mussol està de cagar-se i no torcar-se! Qué bonic ha quedat tot, ja t'ho vaig dir per l'instagram, però jo en faré també amb el meu nebot. Gràcies per compartir!
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