Septiembre

16 de Septiembre, 2015 

Puedo afirmar que no estoy viviendo un septiembre al uso. Mientras todo el mundo retoma sus trabajos y llena la mochila del cole con los libros nuevos, yo me quedo en casa. Me quedo en casa, sí, con la mirada fija en el lienzo en blanco.  Le he contado todo ésto a mi amigo Tomás mientras dábamos un paseo. Me he sentido más ligera.  Ya de vuelta me he dado cuenta de que han cerrado la cafetería de la plaza, la de la barra de roble. Y no pasa nada. He comprado higos en la tienda de la esquina, María los pesa y me dice el importe, siempre con ese vozarrón alegre. Son dos con trenta, vida mía, sonríe. A cada año que pasa tengo más prisa, y este septiembre me hago consciente de ello. Busco el tono, el color, la voz y las palabras. Clavo los pies en la alfombra color teja de nuestra habitación. Planeo un viaje para primavera, leo a Mary Ann Clark Bremer, fotografío rincones y escribo, sobretodo escribo.