Febrero se me hace largo. Sus escasas cuatro semanas las percibo densas y silenciosas. Mientras el frío intenta penetrar por las fachadas y el viento agita las persianas, es un buen momento para quedarnos acurrucados, bajo sábanas de franela, susurrando sobre la vida y brindando por los meses que podamos cumplir. Un par de horas antes de que rompa el alba, un gorrión se posa en la barandilla del balcón y gorjea en la oscuridad, lo oigo en sueños. Su canto, también me recuerda que es febrero.
3 comentarios :
Precisos como siempre, inspirador y lleno de maga tu post.
El frío es lo que tiene...nos hace ser mas íntimos.
Coincido en que en febrero las semanas son densas y silenciosas. Solo cuatro pero muy largas...
muchas gracias gema y montse por leerlo! es bonito saber que lo sentimos parecido :)))
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