Días de Detalles

Hace unos años recibí en mi buzón una felicitación de Navidad que me hizo sentir una persona afortunada. Los amigos de la Cuina Vermella me mandaron un tarro de cristal con un delicioso bizcocho de chocolate. Este año, cuando ya estaba a punto de abandonar la idea de felicitar las navidades a los maestros de los niños con un detalle, pues la mente y las horas del día no dan para más, ante la insistencia de los niños de que les ayudara a hacer algo (qué mal acostumbrados los tengo!!), de una esquinita de mi mente me saludó tímidamente el precioso detalle que tuvieron los Vermells. Así que me puse manos a la obra, compré tarritos de cristal, cucharas de café y, con la ayuda de los mejores pinches del mundo, hice masa de tarta de chocolate (la única tarta de chocolate que me sale digna, que nadie se engañe, no soy un hacha de la cocina!).

Esta mañana, entre bocado y bocado del desayuno, hemos estado ultimando los detalles de la presentación y los niños han escrito sus mensajes navidaeños para profesores y monitores. He arrimado la mesa a la ventana para poder tomar unas cuantas fotos mientras tímidamente iba amaneciendo en una mañana fría y lluviosa.

Una vez más, el pequeño esfuerzo ha valido la pena. Hay que buscar excusas para regalar, y cualquier idea, por sencilla que sea, se puede convertir en un detalle que te llene de ilusión ofrecer. 

Gràcies Kike i Txell per la inspiració contínua, i bones festes!!!