11.11.13

Despierta 3 - Noviembre 2013



He encendido la calefacción del coche tras un montón de meses sin usarla. He conducido de noche, en silencio, sin prisa y muy pendiente del cielo. Llevaba en el cuerpo un café rápido, un montón de sueño y un buen jersey. En el asiento del copiloto, la cámara y un par de mandarinas. 

Después de una noche de viento, una telaraña de nubes ha acaparado todo el protagonismo del astro. Hoy domingo, el sol se escondía tras un telón de colores grisáceos. Primero he sentido un poco de frustración... pero me he dejado llevar por la luz, conduciendo hacia las afueras del pueblo hasta una zona de calles nuevas y desiertas. Uno de aquellos sitios abiertos donde el campo y la urbanización conviven de forma inquietante.

Y allí estaba ella, mientras el sol salía entre nubes rosas por el Este y me hacía pensar en los que estaban viviendo el Despierta junto a la orilla del Mediterraneo, la montaña de Montserrat lo contemplaba todo desde el Oeste. Magnética. Recibiendo la luz difuminada del amanecer en cada uno de sus recovecos. Sola y acompañada, y llena. Como un reflejo.

Y luego la vuelta a casa, remoloneando. En el coche sonaba Burden, de Horse Feathers mientras las calles se iban despertando bajo una luz apagada y perezosa.  He sido la primera clienta de la pastelería, de dónde he salido con una bolsa de papel repleta de ensaimadas para desayunar en casa, junto a los míos, y a la salud de Álvaro Sanz!



3 comentarios :

verónica*moar cerámica dijo...

Qué bonito Caterina... me has puesto los pelos de punta.

Caterina Pérez dijo...

guapa!!! Un besazo!

raichel dijo...

Preciosa foto y preciosas palabras...!!!!