Está en cada rincón. El ambiente centellea. Intentamos mantener la calma. El cansancio pesa, pero la ilusión nos saca a flote. Esquivamos a los que, con la boca prieta, van con prisa. Hablamos de valores, de dar, de ofrecer. Nos detenemos ante villancicos improvisados. El diciembre de los adultos no es un mes fácil, nadie nos lo explicó de pequeños... aún así, vale la pena mantener la mentirijilla.
6 comentarios :
si, es cierto, vale la pena y a pesar de todo no perdamos la ilusión aunque perdamos el barco, Felices días! éstos y los venideros, muak!
Es complicadísimo. Y no entiendo muy bien por qué. Pero sí, es un tiempo bonito.
;)
Que razón tienes, no es un mes fácil, no. Pero por las miradas y las caritas de los más pequeños vale la pena aguantar.
dulces besos.
Y tanto que vale la pena. Muchos de mis amigos que ya no tiene hermanos pequeños , las navidades en sus casas constan de un arbol de navidad, una cena en nochebuena y poca cosa más..pero habiendo niños todo cambia :)
Caterina, en tu anterior entrada me transmitiste calor, tradición e ilusión por la navidad, aunque sólo intuyera algunas palabras, porque no entiendo el catalán. ¿Por qué sólo con una imagen y varias palabras sueltas me emocionaste? No lo sé...
Y es una suerte tener unos niños que te hagan mantener la ilusión por la navidad y las ganas de celebrar.
Un beso.
esther, gracias. Muchas gracias.
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