Julio a sus anchas
actividad en el huerto
actividad en el huerto
El día de la mudanza, uno de los operarios me llamó desde mi balconcito, y con las manos en jarra me pregunta: "Caterina, ésto lo dejamos, verdad?". El "ésto" era una enorme tomatera, de casi un metro sesenta, agarrada a un cajoncito de plástico, llena de florecitas amarillas y pequeños tomatitos verdes. Yo respiré hondo, y dibujando mi mejor sonrisa, y poniéndole ojitos de niña-que-pide-un-último-pedacito-de-tarta, le solté un: "Hombre.... no la vamos a dejar aquí! Estamos a punto de poder recoger tomates!". Me miró pensando que no todos los operarios de mudanzas podían contar, cervecita en mano, haber trasladado una tomatera (única) gigante, y me dijo: "Haremos lo que podamos, pero no te aseguro nada, eh?". Aunque lo que quizás realmente pensó fue que yo era una clienta medio loca y punto. Y ya se sabe, como el cliente siempre tiene la razón, la cargó en el montacaragas a regañadientes.
La verdad es que sus altas y finas ramas llegaron muy dobladas, algunas medio partidas. Espachurrada sobre el cajón de tierra, y habiendo perdido la mitad se su altura. Yo la recompuse atándola de nuevo en sus cañas, pero aún así, no tenía demasiada fe en que ninguno de los tomatitos cogiera color. Estaba claro que ante aquel estropicio, en un par de días me despertaría y encontraría todas sus hojas amarillas. Pues no! Debe ser que la nueva terraza tiene buen sol, que nos hemos aplicado mucho regándola, y que ha llovido bien, pero estamos recolectando tomates! Son pequeños, y dan color y sabor a las ensaladas.
La verdad es que sus altas y finas ramas llegaron muy dobladas, algunas medio partidas. Espachurrada sobre el cajón de tierra, y habiendo perdido la mitad se su altura. Yo la recompuse atándola de nuevo en sus cañas, pero aún así, no tenía demasiada fe en que ninguno de los tomatitos cogiera color. Estaba claro que ante aquel estropicio, en un par de días me despertaría y encontraría todas sus hojas amarillas. Pues no! Debe ser que la nueva terraza tiene buen sol, que nos hemos aplicado mucho regándola, y que ha llovido bien, pero estamos recolectando tomates! Son pequeños, y dan color y sabor a las ensaladas.
También tenemos florecitas blancas que pronto serán pimientos brillantes.
Y enormes flores amarillas que se han convertido en calabacines.
Cristina se está haciendo un huerto estupendo, y con sus explicaciones y avances está consiguiendo que me reenamore del mío... con sus bichitos y todo!
12 comentarios :
esto del huerto en la terraza me lo tengo que estudiar. Pero ya en serio!
con esta planta, tienes un tesoro !
¡Qué envidia! Si me huele a tomatitos desde aquí. Yo también lo estoy intentando a muy pequeña escala, pues sólo tengo ventana, no balcón, pero hacen tanta ilusión :)
ay que chulo, el post, gràcies per la menció.
Cris Camarena
Que bueno que sobrevivió!
Es que a veces....
A mí pq no me entra en ningún sitio que sino...
Que preciosidad de huerto!!! Lo tienes genial. Una vez vuelves a saborear el sabor original de los tomates, pepinos, calabacines,.... ya no quieres comes los que venden en los super.
Mi huerto, me está dando grandes satisfacciones.
Besitos y feliz semana
Núria.
Uau!
Que envidia! Yo tengo un microjardín y dos gatos muy trastos que se lo comen todo que si no me animo ;)
Nena quina enveja, tomàquets i tot.
Si no ens veiem que tinguis unes molt bones vacances.
Un petonet
Nia
ay que lindo...el tiempo se me ha pasado volando y casi ni tuve tiempo de preparar mi huertito...snif!
tus fotos son preciosas.
Quina sort poder tenir un hort!! Jo tinc moltes ganes de tenir-ne un, però no tinc espai :-((
De tomates pequeños nada.
¡Qué pedazo de huerta tienes! Haces que me dé una envidia inmensa... pero como es buena, me alegra.
;)
Fabuloso!!!! yo estoy esperando que pasen las heladas de agosto para trabajar en la nueva huerta!!!!
Publicar un comentario