...estoy en el lado de los que piensan que san valentín es una fiesta cursi, que no nos pertenece. Digamos que cada año se me olvida (si no fuera porqué coincide con el cumple de mi amiga pili!). Pero desde que me rozo con la blogsfera y estoy un poco más globalizada, ya no se me olvida tan fácil... y como también estoy en el lado de los que piensan que cualquier excusa es buena para celebrar, aquí va mi post de brindis al amor.

Hace un par de años compré esta orquídea. Mi chico y yo atravesábamos una etapa no-fácil, intensa y dura. Una etapa que, una vez superada, te sirve para reafirmar pactos, reconfigurar valores y crecer, crecer juntos. En aquel momento áspero y de desorientación, leí en un libro de feng shui (muy elemental y malo, pero con unas fotos bellísimas), que las orquídeas en casa son buenas para la pareja. En un ataque de desesperanza y amor, me acerqué a la floristería y compré la orquídea más bella que encontré y la coloqué en nuestra habitación. Me daba miedo que se me muriese, que no la supiera cuidar! Me parece una planta tan delicada, de flor exuberante, y de comportamiento un tanto extraño....

Se ve que las orquídeas, en realidad no necesitan demasiadas atenciones. Casi nada de tierra, las raíces húmedas y luz natural. Las flores duran unos tres meses, luego se van secando hasta que caen, y después de perderlas, la planta "hiverna" durante nueve meses (curiosamente los de un embarazo) para volver a esplotar en bellas flores que inician el proceso de nuevo.

En seguida vimos que nuestra casa le gustaba, porqué empezó a echar raíces que rebosaban por la maceta. El año pasado, en estas mismas fechas, florecía miraculosamente! Y a mi me parecía brutal comprobar que su ciclo estaba vivo. Y este año, con las mínimas atenciones, y obserbando ligeramente su evolución, nos ha regalado más de una docena de flores!!

...igual en todo este proceso hay una lección de amor... igual lo esencial es la confianza de que todo tiene su ciclo, que la belleza y la exuberancia van precedidas de energía en poner raíces. Que el hecho de que se sequen las flores no nos tiene que asustar porqué, con un poco de cuidado y respeto, tarde o temprano vuelven a aparecer de nuevo... Eso, confianza.

Vaya, a mi San Valentín me parece megacursi, y os acabo de dejar el post más cursi del año! Mejor no lo reviso, que si no no lo voy a publicar!!