...el instante después, el que roza el momento en el que la puerta de la calle se cierra, y van desapareciendo por la escalera las voces junto a papá que tiene prisa...es ese instante del lunes, ése que está entre el silencio y el desorden, justo antes de dejar los vasos vacíos en el fregadero y abarrotar mis cosas en el bolso para poner rumbo al taller... ese momento de no-movimiento, no-voces y toda una semana por delante para organizarme... el instante convertido en caricia a la felicidad.
6 comentarios :
sé bien lo que cuentas, hace unos minutos salieron por la puerta, y ese momento también se hizo.
:D
Esos instantes, mini-momentos de paz y belleza cotidiana son la verdadera felicidad. Así lo vivo yo al menos. Qué bien darse cuenta y saborearlos como merecen.
Precioso post!
y además esa mesa, ahora llena de presencias ausentes, que cuenta tan bien mchos momentos compartidos...
Yo se de que hablas ;) La vida es linda!!!
lo has capturado perfectamente, oye, te puedo imaginar tal cual :)
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