16.11.10

la gent maca




Cada vez que recibo un pedido on-line siento un pinchazo de felicidad, por un momento me invade esa sensación de que las cosas van bien, y que después de trabajar duro, días nublados y proyectos de nitídez todavía borrosa, las cosas van saliendo... van saliendo tranquilamente.

Pero esta felicidad me abruma cuando la "transacción" se produce en persona. Es decir, cada vez que alguien se acerca hasta mi taller para adquirir uno de mis bolsos, comparte un ratito conmigo, charlamos... tomamos un te, comparto algunas cosas de mi espacio... eso....todo eso me impresiona. En serio. La vida on-line es como una burbuja en la que te sientes protegido, donde no tienes porqué exponer tus inseguridades y tus puntos flacos, donde te enamoras de gente y de sus sueños... y todo ésto cobra sentido cuando se te brinda la posibilidad de oír la voz, ver los gestos y mirar a los ojos de algunos que normalmente están al otro lado de la pantalla. Sí, y creo que lo que más me impresiona es cuando son ellos los que se acercan a mi, cuando son ellos los valientes!

También podríamos hablar de la otra cara de la moneda, la gente que te conoce "de toda la vida" o "de cruzarte de vez en cuando por la calle", y que ahora te siguen a través del blog... ahí también se establece un espacio extraño... pero este tema quizás es carne de otro post ;)

La cuestión es que hace unas semanas apareció por mi taller Raquel. Venía a recoger su Sac Bag azul (que le va que ni pintada) y me pareció encantadora. Y el colmo de la felicidad abrumadora fue el regalito que me dió... envuelto en un precioso sobre de papel craft que había hecho ella misma. De lo cotidiano, de lo de cada día... de colores que resaltan sobre fondos antiguos... Siempre me quedo con la sensación de que soy incapaz de agradecer suficientemente estos gestos!



Ay! una última cosita: no os olvidéis que tenéis hasta el jueves para participar en el sorteo de una Petit Bag en Dumbo !

...y otra: cuando tengáis un ratito de calma, invertidlo en ojear la revista que acaba de sacar El equipo Kireei! Es preciosa. Tema regalitos... útil, no?

10 comentarios :

Sonia Otero dijo...

Bonito dibujo! Bonito envoltorio!
El poder tener relación directa con otras personas, sobre todo si te admiran como persona, o aquello que creas...¡¡fantástico!!
Saludos

Las flores no quieren macetas dijo...

hola Caterina, he conocido tu blog a través de Dumbo. soy fiel seguidora de sus posts simepre tan interesantes... Me encanta tu trabajo, los bolsitos son preciosos!!! y haces unos posts también muy interesantes.
ya tienes otra seguidora!!
http://lasfloresnoquierenmacetas.blogspot.com

diplodoc dijo...

Què maco el regal! I quin detallàs!
Jo sóc més de comprar on line, encara que m'agrada molt el tracte personal, però moltes vegades em fa vergonya això de posar-te a parlar amb algú que no coneixes de res.

lili dijo...

hay tantas cosas que dices que me son tan familiares... me encanta como expresas, llegas al alma. (en persona seria incapaz de decir algo así, maldita inseguridad)

ah! me apunté a tu sorteo

raichel dijo...

Caterina! Qué sorpresa!
me ha hecho mucha ilusión este post
(acabas de alegrarme un día bastante regular y lleno de curro)
Muchas gracias!

Mònica dijo...

El teu blog i totes les creacions que fas són un regal meravellós! Algun dia igual m'atreveixo a passar pel teu taller a compartir inseguretats, je, je...

covi dijo...

qué bien esos detalles! me apunté a tu sorteo, a ver si me toca la bolsita que es monísima, un besín!

Montse dijo...

Rebre regals de persones desconegudes és uns sensació inexplicable, és molt xulo i el envolcall tan cuidat.
Es molt curiós com a través d'un blog sense donar pistes personals pots intuir perfectament com és una persona, i quan la coneixes en persona és massa.
Gracies per la recomanació

Atelier e-Couture dijo...

Se lee facil lo que dices, y puedo imaginar y entender los sentimientos. Me voy a ver la revista y el sorteo!
Victoria.

Anónimo dijo...

Yo quisiera poder pasarme por tu taller. Algún día quizás se acorte el mar.
Qué linda historia, por cierto, y qué precioso regalo.