Papá ha desenterrado su primera cámara digital (nada menos que diez años!), que funciona a trompicones y que se apaga cuando está cansada. Se la ha regalado a Rita. Cuando uno está de "vacaciones-con-niños" optimiza al máximo la cantera de recursos :)

Papá ha acertado. El aparatejo mantiene a la "culo-inquieto-hija" un montón de ratos entretenida. Y sobretodo feliz de que la consideremos tan mayor como para dar rienda suelta a su creatividad con un chisme tan de adultos!

Al regresar a casa (pues estos días me toca tallerear mientras Papá se ocupa de los chicos) mi chica me muestra con emoción su colección de imágenes. Se ha pasado el día retratando "el día" y todavía estoy con la boca abierta. Y es que en sus fotos hay algo muy de mí... no sé cómo explicarlo... la sensación de que se fija en mi mirada sobre el mundo mucho más de lo que yo me doy cuenta....

...incluso tiene una preciosa serie de fotos sacadas en la calle!

Su forma de sacar fotos me ha dado mucho que pensar... mucho.

Y esta es mi cara luego de ver sus fotos. Sí, da igual, es amor de madre:

Mamá orgullosa (+ pelo MUY revuelto y ojos MUY cansados después de jornada de trabajo) con taza de café con leche. Uno de los retratos más bonitos que me han hecho últimamente. En serio.

Le he pedido permiso a Rita para colgar algunas de sus fotos en mi blog:

-Noooooo! (digamos que el NO siempre es su respuesta más inmediata)

-¿Por qué?

-Es que yo las quiero seguir viendo en la pantallita de mi cámara! Y si las pones en el blog me las vas a sacar ¿no?

-Ah! es que yo no te las voy a borrar. Si las pongo en el blog las va a ver más gente, pero tu las puedes ver igual en la cámara.

-Vale! Entonces me parece bien.