Este post ya viene siendo un clásico de este blog. Unos años nos toca disfrazar boniatos, otros castañas, pero la verdad es que aunque vayamos justitos de tiempo, nunca nos saltamos la invitación del cole. Este año, la primera tarde de domingo que parecía otoño, nos acercamos al parque y nos llenamos los bolsillos de semillas, bellotas, hojas de colores y ramas. Regresamos a casa ya oscureciendo y lo esparcimos todo sobre la mesa. Cola, pintura y alfileres, y después de unas cuantas pruebas, aparecieron estos dos personajes. Los niños van creciendo, y año tras año, veo como vamos depurando la técnica.
No hay comentarios :
Publicar un comentario